En una escalada significativa del conflicto, Ucrania lanzó una serie de ataques con drones contra Rusia, focalizando principalmente en la infraestructura energética, según informó el Ministerio de Defensa ruso. Durante la ofensiva nocturna, las defensas antiaéreas rusas lograron interceptar 50 drones en ocho regiones, incluyendo 26 en la provincia de Belgorod, situada cerca de la frontera con Ucrania.
Los ataques resultaron en la muerte de dos personas en Belgorod debido a un incendio causado por las explosiones, mientras que una mujer embarazada y su hijo nonato también perdieron la vida en un bombardeo posterior. Además, se reportaron incidentes similares en las regiones de Bryansk, Kursk, Tula, Smolensk, Ryazan, Kaluga, y hasta en las proximidades de Moscú.
La situación se agrava mientras las refinerías y terminales petrolíferas rusas se convierten en blancos recurrentes en las estrategias de Ucrania. Los desarrolladores ucranianos de drones han extendido el alcance de estos dispositivos, buscando equilibrar la balanza frente a las desventajas en armamento y tropas, con la vista puesta en la esperada ayuda militar adicional de Estados Unidos.