El sábado, la Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprobó una medida drástica que condiciona la operatividad de TikTok en el país al deslinde obligatorio de su empresa matriz, ByteDance, basada en China. Esta acción, que impacta directamente a aproximadamente 170 millones de usuarios americanos, busca mitigar la influencia de Pekín sobre la popular plataforma de videos, que ha sido señalada por autoridades estadounidenses de servir como canal para la difusión de propaganda del régimen comunista. Este proyecto de ley ahora enfrentará el escrutinio del Senado.
Mientras la legislación avanza, TikTok podría tener hasta un año para buscar un nuevo propietario y es probable que desafíe esta ley en los tribunales, alegando una violación de los derechos de la Primera Enmienda de sus usuarios. Este litigio podría retrasar o incluso obstruir completamente la aplicación de la medida.
En respuesta a la situación, Shou Zi Chew, CEO de TikTok, ha manifestado su compromiso de luchar y proteger los intereses de su comunidad, prometiendo ejercer todas las vías legales disponibles. Además, organizaciones como la ACLU han expresado su apoyo a la plataforma, destacando la importancia de la libertad de expresión para los millones de estadounidenses que utilizan TikTok no solo para entretenimiento, sino también para la defensa política y el acceso a información global.
Este controversial proyecto también ha generado preocupación entre los creadores de contenido de TikTok, como Nadya Okamoto, quien anticipa consecuencias significativas para su sustento y el de otros en su campo, intensificando el debate sobre la influencia extranjera en las redes sociales y la protección de las libertades civiles en la era digital.