El amaranto, conocido ancestralmente en México como huauhtli, se erige como una fuente superlativa de nutrientes, proporcionando un arsenal de proteínas, minerales y vitaminas esenciales que superan a muchos cereales tradicionales. Cultivado desde hace más de 7 milenios, este grano no solo enriquece la dieta con su diversidad culinaria, sino que también ofrece beneficios medicinales significativos, destacando su capacidad para mejorar la salud intestinal y combatir el estrés gracias a su producción de triptófano, precursor de la serotonina, conocida como la hormona de la felicidad.
Además de su alto contenido en proteínas que supera al maíz, el arroz y el trigo, el amaranto es una rica fuente de fibra que facilita el tránsito intestinal y es ideal para individuos con celiaquía por su ausencia de gluten. Su riqueza en hierro y su capacidad para facilitar la absorción de vitamina C lo convierten en un aliado invaluable en la dieta moderna. Su versatilidad en la cocina permite su uso en diversas formas, desde hojas preparadas hasta semillas utilizadas en postres y bebidas.
Este superalimento, además de nutrir, también embellece espacios como planta ornamental, demostrando su valor multifacético en diversos aspectos de la vida contemporánea y tradicional.