La calidad del aire en Monterrey está atravesando una de sus peores fases, exacerbada por el humo de incendios forestales en Yucatán y Veracruz, según informes del secretario estatal de Medio Ambiente, Alfonso Martínez. Estos incendios, arrastrados por vientos del frente frío número 48, han contribuido a un notable deterioro en la zona metropolitana, aumentando preocupantemente las concentraciones de partículas contaminantes PM10 y PM2.5.
El impacto es tal que, según el último reporte del Sistema Integral de Monitoreo Ambiental a las 17:00 horas, once estaciones ya califican la situación como “mala” (naranja), mientras que solo cuatro mantienen un nivel “aceptable” (amarillo). La estación en el municipio de Juárez reportó los niveles más alarmantes, con hasta cien microgramos de partículas contaminantes por segundo, un dato que refleja la gravedad de la situación.
Lo que más llama la atención es la aparente inacción del gobernador de Nuevo León, Samuel García, ante esta crisis ambiental. Mientras los vientos contaminantes siguen soplando desde el sureste y afectan no solo la salud de los habitantes sino también la vida diaria, la respuesta gubernamental parece no estar a la altura de las circunstancias.
Desde la Secretaría de Medio Ambiente se ha emitido una recomendación para que la población limite sus actividades al aire libre y permanezca atenta a los próximos informes sobre la calidad del aire. Esta situación es un llamado urgente a las autoridades para implementar medidas más robustas que protejan la salud de los nuevoleoneses y aborden con seriedad los desafíos ambientales que enfrenta la región.